Mantenimiento tras el verano

Toma nota

Los meses de septiembre y de octubre son ideales para revisar el coche. Tanto el calor como el polvo desgastan los vehículos y hay que ponerlo a punto para cuando se acerquen períodos de tiempo más fríos.

Frenos. Es un componente muy importante para la seguridad de conductores y pasajeros, así que deberías hacer revisar el sistema de frenos anualmente. Esto incluye los manguitos, pastillas y resto de elementos.

Luces. Los días se acortan en otoño, eso significa que pasamos más tiempo conduciendo en la oscuridad. Además, los cambios meteorológicos estacionales, como la niebla, la lluvia y la nieve, reducen aún más la visibilidad. Asegúrate de que todas las luces de tu coche funcionan correctamente y sustituye las bombillas fundidas. En concreto, comprueba los faros delanteros, los antiniebla, los intermitentes, las luces de emergencia, las de freno, las traseras y las de marcha atrás.

Escobillas limpiaparabrisas. Con la previsión de lluvias estacionales, es una buena idea cambiar las escobillas del parabrisas. Los expertos en automoción aconsejan sustituirlas cada seis meses, pero el calor y el sol del verano son especialmente perjudiciales para la goma. Si las escobillas chirrían o hacen ruido, es una buena señal de que están desgastadas. Si el invierno es duro en tu zona, también deberías considerar la posibilidad de sustituirlos por limpiaparabrisas revestidos de goma.

Rotar neumáticos. Después de todos los grandes viajes de verano por carretera, es hora de echar un vistazo al estado de los neumáticos. Comprueba el nivel de la banda de rodadura, si los neumáticos están desgastados, es hora de sustituirlos. Si los rotas, busca signos de desgaste desigual, esto puede indicar un problema con la suspensión o la alineación de las ruedas. La presión de los neumáticos disminuye con las temperaturas exteriores más frescas, por lo que es un buen momento para inflarlos.

Dirección y suspensión. Deberías hacer inspeccionar los sistemas de dirección y suspensión cada año. Un mecánico de confianza revisará los amortiguadores y el chasis para asegurarse de que está bien.

Batería. El invierno es una época difícil para la batería del coche. Revisa la tuya ahora para no quedarte tirado en el frío. Tú, o tu mecánico, debéis buscar signos de óxido alrededor de los bornes de la batería y verificar que las conexiones están bien apretadas.

Calefacción y aire acondicionado. Vas a necesitar que los ajustes de calefacción y descongelación funcionen correctamente esta temporada. Si notas que la salida de aire o la temperatura no es óptima, haz que tu mecánico le eche un vistazo.

Líquidos. Cuando revises tu coche al final del verano, comprueba los niveles de líquidos. Esto incluye el refrigerante del motor, el líquido de dirección asistida, el líquido de frenos y el líquido de transmisión. También deberías rellenar el del parabrisas.

Aceite. Solo hay que cambiarlo si por kilometraje ha llegado su momento. Los aceites actuales, si son de buena calidad, se cambian en unos intervalos de tiempo mayores.

Manguitos y correas. Tómate tu tiempo para inspeccionar los manguitos y correas para confirmar que no están sueltas, desgastadas, agrietadas o frágiles.

Sistema de refrigeración. Consulta el manual del propietario para conocer las recomendaciones del fabricante del coche, pero en general, los mecánicos dicen que hay que limpiar el sistema de refrigeración cada 50.000 km o 5 años. Si no ha pasado tanto tiempo, y con el radiador en frío comprueba el estado y el nivel del refrigerante. Si el nivel de refrigerante es bajo, hay que rellenarlo.

Sistema de escape. Como parte de su inspección estacional, el coche debe ser levantado para que el mecánico pueda buscar fugas en el sistema de escape o soportes dañados. Esto es importante porque las fugas en el escape pueden ser muy peligrosas.