Evita averías por calor

Toma nota

El calor no solo nos afecta a los humanos. Las máquinas, y los coches también sufren con el calor y pueden tener pequeños problemas por las altas temperaturas. Recuerda, si las personas debemos parar cada dos horas de viaje, hidratarnos bien y evitar las horas más calurosas, nuestros automóviles también necesitan algunos cuidados especiales para evitar averías que se pueden solucionar con una revisión y una puesta a punto antes de salir a la carretera.

Lo primero que hay que hacer es revisar la presión de los neumáticos para conseguir que estén en su estado óptimo, evitando posibles pinchazos y reventones, más probables cuanto mayor son las temperaturas. Y ante el posible esfuerzo al que vayamos a someter a nuestro coche por un exceso de equipaje si vamos a salir de viaje, revisa el estado de tus amortiguadores.

Los frenos también son una parte fundamental. Su uso produce altísimas temperaturas en cualquier circunstancia, por lo que se pueden alcanzar temperaturas críticas si en el ambiente tenemos un calor intenso. Un mayor desgaste y una frenada más larga son los problemas más habituales, pero tampoco podemos perder de vista el fading, proceso por el que el líquido de frenos sobrepasa su temperatura máxima y se evapora, creando burbujas de aire que disminuyen su eficacia.

Revisa los niveles de los líquidos más importantes. El consumo de aceite es clave cuando el calor aprieta, pues la carencia de este aumentará sensiblemente la temperatura en el motor, consecuencia de una mayor fricción entre las piezas y aumentando el riesgo de avería. Comprueba, además, el líquido refrigerante antes de arrancar y asegúrate que éste se sitúe en sus niveles óptimos.

No nos podemos olvidar de unos elementos cruciales: el aire acondicionado y el climatizador. Un uso regular de cualquiera de estos dos elementos nos permitirá mantenerlos en buen estado y estar alerta ante posibles averías.

- Si escuchas algún ruido sospechoso al conectar el aire acondicionado o el aire expulsado es muy leve, lleva tu coche al taller para revisar que no haya algún problema en el sistema de refrigeración o que alguno de los filtros esté obstruido.

- De igual modo, si notas que en los cristales se concentra vaho a pesar de tener el aire acondicionado encendido, lo más probable es que la carga del gas sea insuficiente. Renovarla suele tener un coste bajo.

- Los malos olores suelen ser sinónimo de hongos o moho en los filtros del aire, por lo que deberás cambiarlos.

El aire acondicionado tiene un mantenimiento muy sencillo de llevar a cabo y asegurar su buen funcionamiento apenas nos costará unos pocos euros. Ante todo, vigila cualquiera de los problemas anteriores, pero también es una buena idea cambiar el filtro del aire acondicionado cada año o unos 15.000 kilómetros, un poco menos si sueles circular por pistas de tierra.

Una vez que nos hemos asegurado de que el aire acondicionado tiene un buen mantenimiento. Hay un par de cosas que debemos tener en cuenta a la hora de conducir:

- La primera de ellas es que la temperatura ideal es de 22 grados, pues por debajo de ella el consumo será sensiblemente más alto.

- La segunda es que, si el coche ha estado al sol, lo mejor es circular durante un tiempo con las ventanillas bajadas. De esta manera, aliviaremos la salida de aire caliente de los conductos y reduciremos su carga de trabajo para reducir la temperatura en el interior del habitáculo.