El término surge de la unión de “plocka upp” (recoger) y “jogging” (correr): te contamos en qué consiste esta tendencia.
Plogging proviene de la combinación de dos términos: jogging (correr, en inglés) y plocka upp (recoger, en sueco). Su significado no es otro que ponerse en forma mientras se cuida del planeta recogiendo la basura que encuentras a tu paso. Esta práctica deportivo-ecologista fue ideada por el sueco Erik Ahlström en 2016 y, poco a poco, ha ido creciendo y extendiéndose desde el país escandinavo hasta diferentes partes del mundo, convirtiéndose en un movimiento global con comunidades y eventos organizados en diferentes partes del mundo.
Si tenemos en cuenta que para 2050 se estima que habrá más plástico en los océanos del mundo que peces, esta una nueva modalidad de hacer ejercicio de forma sencilla y beneficiosa no solo promueve un estilo de vida saludable, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente.
Todo empezó cuando Erik Ahlström regresó a Estocolmo después de veinte años. Durante el viaje diario que realizaba en bicicleta desde Nacka a su trabajo en Östermalm, quedó impactado por la cantidad de basura que había en la naturaleza y que podía permanecer al borde de la carretera durante varias semanas sin que nadie la recogiera, así que decidió comenzar una limpieza de choque. A él se le unieron su novia y varios amigos, hasta que el canal de televisión alemán CDF emitió un reportaje sobre esta novedosa actividad bautizada por ellos como plogging. El programa se tradujo al italiano, español y portugués, alcanzando los 20 millones de espectadores.
El Plogging es una actividad muy completa que aporta, además del aspecto medioambiental, beneficios físicos y psicológicos.
Cuando se hizo grande en Europa, se extendió a muchos otros países de habla hispana y hoy en día ya hay recolectores de basura deportivos en lugares tan diversos como México, Costa Rica, India, España, Estados Unidos, Alemania y, por supuesto, también en Suecia. En Instagram no dejan de crecer el número de fotografías etiquetadas con el hashtag #plogging, en las que las personas muestran con orgullo lo que han aprendido mientras practican el running o el jogging.
La “fiebre” por esta nueva disciplina es tal que se calcula que cada día lo practican alrededor de 20.000 personas en todo el mundo. Y sus adeptos aseguran que les gusta porque, al hacerse con un propósito, genera una gran cantidad de endorfinas y adrenalina.
De hecho, desde 2021 se celebra el Campeonato Mundial de Plogging, donde se recogen toneladas de residuos. En España en concreto, ya se ha conseguido recoger más de 54 toneladas de residuos de los parques, playas y campos.
El plogging es una actividad deportiva apta para todo el mundo porque además la equipación que se necesita para su práctica es muy básica: ropa y calzado deportivo cómodo para moverse libremente, un par de guantes para proteger las manos, bolsas de basura para recolectar los residuos y estar muy atento para recoger los desechos de manera segura, evitando aquellos que puedan ser peligrosos como jeringas y agujas, que estén oxidados, vidrios rotos, materiales contaminantes u objetos voluminosos como colchones o muebles.
Por último, hay que recordar que la práctica del Plogging es una actividad muy completa que aporta, además del importante aspecto medioambiental, beneficios tanto físicos como psicológicos. Entre los físicos hay que destacar la quema de calorías por el importante gasto calórico que supone al ser una actividad muy rítmica que alterna tramos de carrera con pequeños descansos, manteniendo el corazón ejercitado y estimulando la frecuencia cardíaca. Por otro lado, al agacharte para recoger basura, realizas sentadillas y zancadas, entrenando los músculos de las piernas que normalmente no se estimulan mucho, así como los glúteos, los hombros y los brazos. Y, en el terreno mental, reduce la ansiedad y el estrés porque el cuerpo libera endorfinas, conocidas como “hormonas de la felicidad”, durante la actividad física y al asociarse con hacer una buena acción, ayuda a aumentar la autoestima y la confianza en uno mismo. Todo ello, al realizarse al aire libre, favorece también la obtención de vitamina D.
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