El arranque de 2024 ha sido una locura en los mercados de valores: la bolsa norteamericana no deja de batir una y otra vez sus máximos históricos. En los dos primeros meses del año, tanto el S&P 500 como el Nasdaq 100 se revalorizaron en torno a un 7 %. Para muchos inversores, con semejante rentabilidad, en tan solo dos meses, el año estaría prácticamente hecho.

Lo cierto es que la bolsa norteamericana está cotizando a una relación de precio/beneficios de más de 20 veces. De hecho, la relación media de precio/beneficios de las 10 mayores compañías de la bolsa norteamericana es más alta hoy, incluso, que en el punto máximo de la burbuja de las puntocom de principios de siglo.

Lógicamente, esto está haciendo saltar muchas alarmas. Especialmente porque el mercado de valores de Estados Unidos nunca había estado tan expuesto a empresas tecnológicas que, además, están cotizando a múltiplos estratosféricos.

Apple, por ejemplo, tiene un valor de mercado superior al de todas las empresas alemanas cotizadas. Si ampliamos el círculo, las conocidas como siete magníficas valen más que todas las acciones chinas cotizadas.

Esas 7 grandes compañías tecnológicas han tenido unos rendimientos brutales en los últimos años. Son empresas increíblemente rentables, están creciendo y liderarán gran parte de la innovación mundial.

De todas ellas, Nvidia es quizás el mejor ejemplo de este frenesí. En poco más de un año, esta empresa ha visto cómo su valor de mercado ha crecido más de 1 billón de dólares, hasta convertirse en la tercera empresa con más valor en bolsa de todo el mundo. Entre el 1 de enero de 2023 y principios de marzo de 2024 las acciones se han revalorizado más de un 500%, pasando de 145 dólares por acción a casi 890.

Ahora bien, ¿quiere decir esto que hay una burbuja y que un nuevo mercado bajista podría estar cerca? ¿Está la bolsa norteamericana sobrevalorada? ¿Estamos adentrándonos en una nueva burbuja? ¿Podemos estar cerca de una gran corrección? ¿Podrán responder las grandes tecnológicas a las enormes expectativas que se han generado en torno a ellas? De todo esto hablamos en el nuevo capítulo de Si Lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos que puedes ver aquí.  

El contenido del presente artículo tiene una finalidad meramente informativa. No es y no puede considerarse en ningún momento asesoramiento en materia de inversión, u opinión legal, no pretendiendo remplazar el asesoramiento necesario en esta materia y no constituyendo una oferta de venta o petición de una oferta de compra.

Todas las opiniones y estimaciones facilitadas están elaboradas en base a fuentes consideradas como fiables. No obstante, Mutuactivos, SAU, SGIIC no puede garantizar que sean exactas o completas y no asume responsabilidad alguna por cualquier pérdida, directa o indirecta, que pudiera resultar del uso de las informaciones facilitadas en este artículo.

MUTUACTIVOS, SAU, SGIIC, Sociedad gestora de instituciones de inversión colectiva registrada en la CNMV con el número 21. Domicilio social en Paseo de la Castellana, 33, 28046 Madrid.

Arabia Saudí aspira a convertirse en una economía moderna y puntera. Los incrementos en el precio del petróleo y del gas que se han registrado en los últimos años están haciendo otra vez de oro a las petromonarquías del Golfo Pérsico. Esto les está permitiendo llevar a cabo sus ambiciosos planes de transformación económica.

En concreto, Arabia Saudí se ha sumergido en un gran experimento económico y social que pretende cambiar de arriba abajo todo el país. El gobierno pilotado por Mohamed Bin Salmán presentó en el año 2016 una estrategia conocida como Visión 2030 con la que tiene pensado invertir más de 900.000 millones de dólares para, entre otras acciones, desarrollar una industria tecnológicamente puntera y convertirse en un destino de primer nivel para el turismo internacional. Para poder alcanzar los objetivos también se ha puesto en marcha una incipiente revolución social.

Hasta hace unos años, era uno de los países más hostiles en lo relacionado con los derechos de la mujer. Ahora, afortunadamente, eso está empezando a cambiar. La participación laboral de las mujeres saudíes, por ejemplo, ha pasado de prácticamente un 0 % al entorno del 35 %.

En lo que respecta al turismo extranjero, la relajación de las normas sociales ha ido mucho más allá. Prácticamente, se han eliminado todas las restricciones que había.

Además, una parte clave en todo este titánico proceso de cambio es el desarrollo de un mercado financiero pujante: concretamente, hacer de la bolsa saudí una de las más importantes del mundo.

Hasta ahora, invertir en este mercado árabe era una misión complicada: la propiedad extranjera de acciones ha estado limitada y solo los inversores extranjeros de corte institucional podían recibir la aprobación legal para invertir en este mercado.

Pero los aires de cambio afectan también a este segmento y el país está poniendo todo su empeño en lograr que su bolsa de valores gane peso e importancia a nivel mundial. Solo en 2023, la bolsa de Tadawul (el mercado más importante de Arabia Saudí) vivió un incremento notable de salidas a bolsa, con 39 nuevas empresas, el doble que apenas un año antes.

Con todo, ¿será realmente capaz Riad de abrir su mercado de valores? ¿Cómo? ¿Puede ser la bolsa de Tadawul una oportunidad de inversión? De todo esto hablamos en el nuevo capítulo de Si Lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos que puedes ver aquí. Déjanos también tus comentarios.

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El precio del uranio se ha disparado en los últimos años. Ha pasado de rondar los 20 dólares en 2018 a superar los 100 en la actualidad. Hablamos de un incremento de más del 400% en poco más de 5 años.

Esto es lo que ha ocurrido con el precio de la materia prima, pero es algo que podemos extender a toda la industria. Por ejemplo, si nos fijamos en el Global X Uranium, un ETF que invierte en un montón de compañías relacionadas con esta industria, podemos ver que su valor se ha triplicado en tan solo los últimos 4 años.

El uranio comienza su vida productiva como un mineral que se extrae a partir de pequeñas concentraciones mezclado con otros varios minerales. Luego, para poder utilizarse, se procesa y se convierte en óxido de uranio. Es lo que popularmente se conoce como Yellowcake. Luego, este compuesto se enriquece en diferentes porcentajes, según el uso que se le quiera dar.

El 11 de marzo de 2011 marcó un punto de inflexión. Ese día se produjo el terremoto y el posterior tsunami que provocó el desastre de Fukushima en Japón. A partir de ese día, numerosos gobiernos de todo el mundo anunciaron planes para abandonar la energía nuclear. Una industria que de repente pasó a ser tremendamente impopular. Desde entonces ha entrado muy poca capacidad nueva en la cadena de producción del uranio. Además, hablamos de una industria muy concentrada tanto por países como por empresas.

En 2022, por ejemplo, solo 5 países, Kazajistán, Canadá, Namibia, Australia y Uzbekistán generaron el 85% de la producción mundial de uranio. Y en el caso de las empresas pasa algo similar: ¡8 empresas se reparten el 85% de todo el mercado mundial!

Está claro que existe un problema con el uranio. Pero ¿qué está pasando? ¿Nos estamos quedando sin uranio? De todo esto hablamos en el nuevo capítulo de Si lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos, que puedes ver aquí.

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La guerra de los chips está al rojo vivo. Las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y China, están intentando ganar la carrera por conseguir diseñar y fabricar los chips más avanzados, mérito que en la actualidad recae sobre otros países asiáticos.  

Hoy por hoy, Corea del Sur y Taiwán representan cerca del 40 % de toda la fabricación mundial de chips, porcentaje que alcanza el 70 % si hablamos de los chips más avanzados, algo que tanto Washington como Bruselas y Pekín quieren cambiar.

Son muchas las potencias interesadas en tener un papel protagonista en esta guerra de los chips. De hecho, el país que logre liderar esta carrera estará en las mejores condiciones para desbordar el poder militar y económico de cualquier otra potencia. En la actualidad, todo depende de los chips.

Esto es algo que en Washington saben perfectamente, y precisamente para intentar mitigar ese riesgo y de paso ponerse al día, la Administración Biden impulsó la conocida Ley Chips y Ciencia. Aprobada el día 9 de agosto de 2022, esta ley contempla regar con miles de millones de dólares la instalación de fábricas de chips avanzados en los propios Estados Unidos. La idea es que las subvenciones públicas ayuden a compensar o al menos mitigar los mayores costes que supone montar estas factorías en Estados Unidos.

Ahora bien, no se trata solo de Estados Unidos. La Unión Europea y varios de sus países miembros también están trabajando en esta misma línea. E incluso, en los últimos meses, otro protagonista ha dejado clara su voluntad de competir en esta carrera. Hablamos de Japón.

La competición se ha convertido ya en uno de los grandes enfrentamientos geoeconómicos de nuestro tiempo. Pero, ¿quién ganará finalmente la guerra de los chips? ¿Qué posibilidades hay de que la apuesta de Japón tenga éxito? ¿Qué puede suponer toda esta aventura para la economía nipona?

De todo esto, hablamos en el nuevo capítulo de Si Lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos que puedes ver aquí.

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Después de años y años de integración, el enfriamiento en las relaciones entre China y Estados Unidos y también Europa, es ya una realidad. Empezando por la enorme salida de capitales que se está registrando en China. O la enorme caída que está teniendo en los últimos años la entrada de inversión extranjera directa.

La guerra comercial que a partir de 2018 desató la Administración Trump y la creciente rivalidad geopolítica han hecho que muchas empresas occidentales se lo piensen dos veces antes de seguir invirtiendo en el gigante asiático. Este proceso de integración con China ha sido uno de los grandes ingredientes del crecimiento económico global en las últimas décadas. Pero eso ahora podría estar llegando a su fin.

En paralelo, varios países asiáticos están despuntando. La India, por ejemplo, está de moda.

A ojos del Gobierno de Estados Unidos, este país es la mejor alternativa posible a China y puede convertirse en un actor clave en los mercados mundiales durante los próximos años.

Precisamente por eso, el propio presidente Joe Biden anunció un nuevo corredor financiero para promover las inversiones en infraestructura en la India y declaró también su apoyo a que este país logre un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Son dos ejemplos de un acercamiento político y económico a un nivel sin precedentes. Todo ello es importante, principalmente, porque las relaciones entre China y Estados Unidos no pasan por su mejor momento.

Ahora, economías como la de India, Vietnam o Indonesia podrían conseguir no solo compensar el enfriamiento en las relaciones entre Estados Unidos y China, sino que incluso pueden terminar provocando una nueva ola de globalización. Estos países son enormes. Conjuntamente, los mencionados India, Vietnam, Indonesia, junto a Filipinas y Bangladés suman una población que supera los 2.000 millones de habitantes que ahora está experimentando un acelerado desarrollo económico.

Estos mercados pueden tomar el relevo y convertirse en los nuevos protagonistas de gran parte de la producción mundial y también de la demanda de productos de alto valor añadido. Es decir, todo apunta a que pueden replicar el éxito que para el mundo supuso China entre los años 2000 y 2020.

Pero ¿cuáles son las claves de su crecimiento? ¿Están de verdad, preparados para emular el éxito de China y arrebatarle el liderazgo? ¿Qué factores juegan a su favor y cuáles en contra? De todo esto hablamos en el nuevo capítulo de Si Lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos que puedes ver aquí.

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Japón, Corea, China, Vietnam y recientemente la India. Pocas personas dudan ya de que el lejano Oriente se ha convertido en la región más vibrante y prometedora de todo el planeta. Su importancia es cada vez mayor a todos los niveles. Estos países se han convertido en algo así como la cantera de la riqueza mundial y, cada vez más, de muchas de las grandes oportunidades económicas y financieras que podemos tener todo al alcance de nuestras manos.

Más allá de la India o Vietnam, Indonesia, el país musulmán con más habitantes de todo el mundo, está llamando cada vez más la atención en los entornos profesionales. Se trata de un país grande, razonablemente joven, con una economía potencialmente inmensa y una ubicación estratégica.

Indonesia, un país que está formado por más de 17.000 islas, es relativamente desconocido. Y eso, a pesar de que hablamos de un país que de punta a punta es más largo que Estados Unidos y el cuarto país más poblado de todo el mundo. Con una población de unos 275 millones de habitantes, es por mucho el país más habitado de todo el sudeste asiático.

Se espera, de hecho, que para el 2050 cruce ampliamente la barrera de los 300 millones de habitantes. Hoy por hoy, sigue siendo un país relativamente pobre. Sin embargo, eso está cambiando a toda velocidad.

Un fuerte y prolongado crecimiento económico está haciendo que este enorme peso demográfico esté traduciéndose de forma acelerada en muchas oportunidades económicas. Digamos que en Indonesia está surgiendo una clase media muy grande.

De hecho, se habla poco de este país, pero desde 1990 su crecimiento per cápita ha sido bastante más alto que el de países como Filipinas, la India o incluso Vietnam, aunque este último le ha recortado distancia durante la última década. Fijaos.

Pero ¿cuáles son las claves de su crecimiento? ¿Será el país una de las próximas grandes promesas económicas? ¿Logrará Indonesia convertirse en una alternativa real a China? De todo esto hablamos en el nuevo capítulo de Si Lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos. 

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