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05 DE DICIEMBRE |

Guía práctica para poner a punto tu coche este invierno

En el Blog ÓN te contamos todo lo que debes saber para que tu coche esté listo para el invierno

Conducir en invierno implica un nivel de exigencia mayor, tanto en lo relativo a la propia técnica de conducción como en el mantenimiento y equipamiento específico del vehículo. Las olas de frío, las lluvias intensas y las heladas se extienden por buena parte de la red de carreteras y pillan a muchos conductores con el coche y los reflejos todavía en “modo verano”. La DGT insiste en que la combinación de aspectos como la baja adherencia, mala visibilidad y vehículos sin el mantenimiento necesario es el cóctel perfecto para sufrir un accidente. Revisar neumáticos, frenos y elementos que mejoran la visibilidad, adaptar la velocidad y planificar el viaje son la primera línea de defensa para evitar percances.

El primer gran protagonista del invierno es el neumático. Con el asfalto frío y mojado, su capacidad de agarre se reduce drásticamente. Los expertos recuerdan que el dibujo no debería bajar nunca de 3 mm en esta época, aunque el límite legal esté en 1,6 mm. La DGT y diversos estudios señalan que muchos conductores ni siquiera saben qué tipo de gomas montan, pese a que los neumáticos de invierno o los “all season” (todo tiempo) mejoran la tracción y pueden evitar el uso de cadenas en muchas situaciones. Si se va a circular por zonas con nieve, conviene llevar cadenas o valorar un juego específico de invierno. En cualquier caso, las cadenas se montan siempre en las ruedas motrices y es recomendable practicar su colocación antes de verse en mitad de una nevada.   

Guía práctica para poner a punto tu coche este invierno -ÓN

El otro gran punto crítico es la batería. Con el frío, la reacción química se vuelve más lenta, el aceite del motor se espesa y el arranque se puede ver comprometido. De hecho, es una de las primeras causas de asistencia en carretera durante los ,eses más fríos. Si el coche tarda en arrancar, si las luces pierden intensidad al accionar el motor de arranque o si la batería tiene más de cuatro o cinco años, es el momento de revisarla o directamente sustituirla antes de que falle cuando más la necesitamos. No es mala idea llevar cables de arranque en el maletero, especialmente en vehículos que duermen en la calle. 

Revisar neumáticos, frenos y elementos que mejoran la visibilidad son la primera línea de defensa para evitar percances.

El mantenimiento de los líquidos cobra también un protagonismo especial. El anticongelante debe estar al nivel correcto y en buen estado; si está turbio toca cambiarlo, porque es el encargado de que el motor no sufra con los cambios bruscos de temperatura. El líquido limpiaparabrisas, mejor con aditivo anticongelante para evitar que se hiele en el circuito. Y ojo con rociar el parabrisas con agua cuando la temperatura exterior está bajo cero, porque el choque térmico puede agrietar el cristal.  

La visibilidad, de hecho, es uno de los principales obstáculos del invierno al volante. Escobillas endurecidas o cuarteadas dejan franjas sin limpiar y fatigan la vista. En invierno, la DGT las considera un elemento a revisar sí o sí, igual que el correcto funcionamiento de todas las luces del vehículo. También se recomienda llevar un pequeño kit invernal en el maletero con rascador de hielo para los cristales, guantes, linterna y una manta térmica por si toca esperar en un atasco o una retención por nieve. Por supuesto, es fundamental llevar el móvil con batería suficiente para poder llamar a emergencias si algo se tuerce. Ante el riesgo de quedar atrapado en una vía cortada o por una avería, no está de más llevar también una pequeña reserva de agua y algo de comida. 

Todo ese trabajo previo debe completarse con una forma de conducir adaptada a la estación. Las recomendaciones son claras: reducir la velocidad, aumentar de forma notable la distancia de seguridad, evitar maniobras bruscas y usar marchas largas para no patinar. En nieve o hielo, es mejor arrancar en segunda, acelerar con suavidad y frenar preferentemente con el freno motor, apoyándose en el pedal solo cuando el coche esté recto. Aunque muchos sistemas de ayuda a la conducción como el control de tracción están diseñados para sacarnos de apuros en circunstancias adversas, es fundamental tener en cuenta estas recomendaciones para minimizar los riesgos. 

Recuerda, además, que si eres mutualista, te ofrecemos el servicio Mantenimiento Plus para tu vehículo.

© Imágenes: Shutterstock. 

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