Autor Blog Mutuactivos

Por Mutuactivos

  • 02 julio, 2020
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    Por Mutuactivos

    • 02 julio, 2020

    El nuevo plan de reactivación de la UE dibuja un panorama interesante y de nuevas oportunidades para los inversores. En la actualidad, la gran diferencia económica entre la zona euro y Estados Unidos es la carencia en nuestro caso de una política fiscal conjunta y solidaria. Esto hace que los inversores analicen las cuentas públicas de cada estado y les impongan una prima de riesgo en lugar de estudiar la solvencia de la Unión y hace vulnerables a países y bancos.

    Además, cuando un país atraviesa un momento de dificultad, normalmente no tiene capacidad fiscal por sí mismo para aplicar medidas anticíclicas, lo que perpetua el problema en lugar de resolverlo con solidaridad. Si la Unión tuviese mutualización de deuda y una unión bancaria, los inversores se relajarían, porque sabrían que la debilidad de uno se compensa con la fuerza de todos.

    El nuevo plan podría cambiar la percepción de los inversores. Al ser un primer paso hacia la mutualización de la deuda ya no sería tan relevante el porcentaje de deuda sobre PIB de cada país, sino el de la Unión en conjunto. Lo importante, en este caso, no será si la situación financiera de un país es solvente o no, sino si el presupuesto de la Unión se va a dedicar al que más lo necesite soportando así sus cuentas, como ocurre en Estados Unidos. El presupuesto se utilizaría de manera “asimétrica” para favorecer al que más lo necesita, y no meramente en base a un sistema de contribución o recepción, como hasta ahora. Como ejemplo, España iba a pasar a ser contribuidor neto en la UE. Si el plan sale adelante y España recibe lo que hoy se estima, el año que viene seríamos receptor neto del presupuesto de la UE en lugar de contribuidor.

    Plan de reactivación en la UE- Blog MutuactivosGracias a este Plan de Reactivación, la UE mutualizaría su deuda.

    El movimiento abre el camino a un mercado de capitales unificado, con más fusiones regionales y reestructuraciones y una menor prima de riesgo para los países débiles, que ya no serían percibidos como potenciales países al borde de la quiebra. Por tanto, podría generar un acceso al crédito más barato, un mayor crecimiento potencial de los ingresos de las compañías y, por tanto, un beneficio por acción superior.

    Una mayor cohesión de la UE y más en particular de la Unión Monetaria, podría llevar a una caída de la prima de riesgo, que combinada con la bajada de tipos conllevaría un menor coste del capital. Si el plan de reactivación acaba derivando en una caída de la prima de riesgo y esta lleva a una reducción del coste de capital, la bolsa europea podría comportarse muy bien en relativo y reducir parte del diferencial de valoración que tiene comparado con otros mercados o áreas económicas que no sufrían el “riesgo país” de la UE.

El nuevo plan de reactivación de la UE dibuja un panorama interesante y de nuevas oportunidades para los inversores. En la actualidad, la gran diferencia económica entre la zona euro y Estados Unidos es la carencia en nuestro caso de una política fiscal conjunta y solidaria. Esto hace que los inversores analicen las cuentas públicas de cada estado y les impongan una prima de riesgo en lugar de estudiar la solvencia de la Unión y hace vulnerables a países y bancos.

Además, cuando un país atraviesa un momento de dificultad, normalmente no tiene capacidad fiscal por sí mismo para aplicar medidas anticíclicas, lo que perpetua el problema en lugar de resolverlo con solidaridad. Si la Unión tuviese mutualización de deuda y una unión bancaria, los inversores se relajarían, porque sabrían que la debilidad de uno se compensa con la fuerza de todos.

El nuevo plan podría cambiar la percepción de los inversores. Al ser un primer paso hacia la mutualización de la deuda ya no sería tan relevante el porcentaje de deuda sobre PIB de cada país, sino el de la Unión en conjunto. Lo importante, en este caso, no será si la situación financiera de un país es solvente o no, sino si el presupuesto de la Unión se va a dedicar al que más lo necesite soportando así sus cuentas, como ocurre en Estados Unidos. El presupuesto se utilizaría de manera “asimétrica” para favorecer al que más lo necesita, y no meramente en base a un sistema de contribución o recepción, como hasta ahora. Como ejemplo, España iba a pasar a ser contribuidor neto en la UE. Si el plan sale adelante y España recibe lo que hoy se estima, el año que viene seríamos receptor neto del presupuesto de la UE en lugar de contribuidor.

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El movimiento abre el camino a un mercado de capitales unificado, con más fusiones regionales y reestructuraciones y una menor prima de riesgo para los países débiles, que ya no serían percibidos como potenciales países al borde de la quiebra. Por tanto, podría generar un acceso al crédito más barato, un mayor crecimiento potencial de los ingresos de las compañías y, por tanto, un beneficio por acción superior.

Una mayor cohesión de la UE y más en particular de la Unión Monetaria, podría llevar a una caída de la prima de riesgo, que combinada con la bajada de tipos conllevaría un menor coste del capital. Si el plan de reactivación acaba derivando en una caída de la prima de riesgo y esta lleva a una reducción del coste de capital, la bolsa europea podría comportarse muy bien en relativo y reducir parte del diferencial de valoración que tiene comparado con otros mercados o áreas económicas que no sufrían el “riesgo país” de la UE.