
Estos paneles solares transparentes se fabrican con diversos tipos de materiales como plástico, vidrio, silicona… en los que se integran finas capas fotovoltaicas y se están haciendo muy populares precisamente porque no alteran la apariencia de los edificios y los hacen más sostenibles.
La diferencia entre las placas solares convencionales y los paneles solares traslúcidos es que las primeros son capaces de captar todas las ondas de luz, tanto las visibles como las invisibles, mientras que, en el caso de los paneles transparentes, estos solo absorben las longitudes de onda infrarroja y ultravioleta, las ondas que no podemos ver.
El punto de partida de esta tecnología ha sido el concentrador solar transparente desarrollado en la Universidad Estatal de Michigan, con el que se consiguió convertir una ventana en una celda fotovoltaica, de manera que ésta acabó funcionando como un panel solar. A partir de ahí se han desarrollado nuevos materiales que van a marcar la nueva era de la energía fotovoltaica.
En fase de expansión, esta tecnología ya ha sido probada en diferentes partes del mundo. Se han instalado prototipos en ventanas de rascacielos, marquesinas de autobuses, invernaderos y fachadas de centros comerciales, pero realmente los usos potenciales son infinitos. A medida que se vaya perfeccionando la tecnología, estos vidrios fotovoltaicos se podrán aplicar a teléfonos móviles u ordenadores, para que se carguen por sí solos, a coches eléctricos, etc.
En España, la inmersión aún es muy escasa, pero igual que la instalación de paneles solares ha vivido un auténtico boom en los últimos años, especialmente a raíz del impulso al autoconsumo y el abaratamiento de la tecnología, las ayudas públicas y la preocupación por el cambio climático, los nuevos paneles solares transparentes podrían acelerar su implantación en nuestro país. No hay que olvidar que en España contamos con unos 300 días de sol al año, y que se van conociendo las ventajas de los nuevos paneles solares transparentes.
Una de ellas es la integración arquitectónica, ya que estos paneles se incorporan en la estructura sin alterar el diseño o la estética de la propiedad, ni la iluminación interior. También permiten ahorrar espacio, dado que sus celdas solares son más delgadas que las tradicionales. Además, al filtrar parte de la radiación infrarroja, esta tecnología reduce la carga de calor en los edificios, disminuyendo el consumo de climatización.
No obstante, el sistema también tiene desventajas respecto a los paneles solares convencionales, ya que su eficiencia es menor (generan menos potencia por metro cuadrado que los paneles de silicio), requieren una alta inversión inicial, son más frágiles y está por demostrar su escalado industrial y durabilidad.
Un plus verde para los amantes de las plantas
Un descubrimiento reciente, destacado en la publicación ScienceAlert, revela que los paneles semitransparentes instalados en invernaderos no solo generan energía, sino que actúan como filtros de radiación UV e infrarroja no útil para la fotosíntesis. Al dejar pasar exclusivamente la luz de las bandas azul y roja —esencial para el crecimiento—, mantienen o incluso mejoran el desarrollo vegetal al reducir el estrés térmico y la sobreexposición ultravioleta. De este modo, se consigue un cultivo más uniforme y saludable, además de un significativo ahorro energético.
© Imágenes: Shutterstock.
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