Autor Blog Mutuactivos

Por Mutuactivos

  • 07 abril, 2021
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    Por Mutuactivos

    • 07 abril, 2021

    La rápida evolución de la vacunación en algunos países del mundo (EE.UU., UK, Israel…) y la reducción consecuente en la incidencia del virus junto con el plan de impulso fiscal del Gobierno Biden están elevando la esperanza de velocidad y fortaleza del crecimiento económico en 2021. En este contexto, los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la importante subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental (caída en precio) y, también, por el positivo comportamiento de los activos de riesgo.

    Aunque los bancos centrales han reafirmado su voluntad de ignorar repuntes que consideran “puntuales” de la inflación, los inversores de renta fija han ido reduciendo posiciones en deuda al esperar tipos algo más altos en un escenario de mayor crecimiento económico, pero también debido a que están viendo mermada su rentabilidad real al incrementarse la inflación.

    Creemos que los niveles de rentabilidad actual del bono a 10 años americano son razonables y que los bancos centrales no deberían dejar que se vayan mucho más arriba

    Los índices de deuda gubernamental corrigen entre el 2% y el 6% en 2021. La deuda corporativa con alta calificación crediticia pierde dinero porque el efecto de la subida de tipos no ha sido suficientemente compensado por la ligera reducción de los diferenciales de crédito. Pero en el caso del high yield europeo, el efecto del crédito es mayor y ha acabado el trimestre con un 0,8%, concentrado en marzo, donde se apreció un 1,8%. A medida que el diferencial entre los tipos a 10 años en EE.UU. y la zona euro crecía (2% ahora), el gigante americano ha atraído capital, y el dólar se ha apreciado un 3% en marzo para dejar un saldo del 4,1% en el año.

    Aun así, las bolsas han reaccionado bien, probablemente interpretando que la inflación no se va a descontrolar y que los tipos no van a subir mucho más sin que los bancos centrales intervengan para evitarlo.

    ¿Cómo estamos invirtiendo?

    Creemos que los niveles de rentabilidad actual del bono a 10 años americano son razonables y que los bancos centrales no deberían dejar que se vayan mucho más arriba. Pero si los datos macro siguen sorprendiendo al alza, no podemos descartar ver el bono en el 2%.

    A principios de año esperábamos una inflación al alza y tipos más altos en EE.UU., por lo que compramos swaps de inflación, primero en EE.UU. y, luego, en Europa y desplegamos posiciones cortas de deuda americana. Ambas posiciones nos están recompensando en lo que va de año y son responsables de una parte importante de la rentabilidad acumulada. Igualmente estamos siendo activos con la duración.

    Los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental y el positivo comportamiento de los activos de riesgo.Los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental y el positivo comportamiento de los activos de riesgo.

    Mantenemos la prudencia en crédito, segmento en el que a finales del año pasado redujimos sustancialmente la exposición y mantenemos un elevado peso en liquidez a la espera de oportunidades. Tenemos mucho menor peso en crédito financiero que en 2020.

    En renta variable mantenemos una clara diversificación sectorial entre sectores de crecimiento y cíclicos de vuelta a la normalidad, dado que es difícil predecir cómo se van a mover los tipos de interés en 2021. La exposición a crecimiento la tenemos principalmente a través de empresas que favorecen la transición energética y aquellas que se han visto beneficiadas por los cambios en los patrones de consumo antes de la pandemia y durante la misma. Por la parte cíclica, seguimos apostando por compañías de primer nivel y muy solventes, que han sufrido mucho por la pandemia y se deberían beneficiar de una futura vuelta a la normalidad. Recientemente hemos bajado el peso en estas últimas tras el fuerte rebote experimentado.

La rápida evolución de la vacunación en algunos países del mundo (EE.UU., UK, Israel…) y la reducción consecuente en la incidencia del virus junto con el plan de impulso fiscal del Gobierno Biden están elevando la esperanza de velocidad y fortaleza del crecimiento económico en 2021. En este contexto, los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la importante subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental (caída en precio) y, también, por el positivo comportamiento de los activos de riesgo.

Aunque los bancos centrales han reafirmado su voluntad de ignorar repuntes que consideran “puntuales” de la inflación, los inversores de renta fija han ido reduciendo posiciones en deuda al esperar tipos algo más altos en un escenario de mayor crecimiento económico, pero también debido a que están viendo mermada su rentabilidad real al incrementarse la inflación.

Creemos que los niveles de rentabilidad actual del bono a 10 años americano son razonables y que los bancos centrales no deberían dejar que se vayan mucho más arriba

Los índices de deuda gubernamental corrigen entre el 2% y el 6% en 2021. La deuda corporativa con alta calificación crediticia pierde dinero porque el efecto de la subida de tipos no ha sido suficientemente compensado por la ligera reducción de los diferenciales de crédito. Pero en el caso del high yield europeo, el efecto del crédito es mayor y ha acabado el trimestre con un 0,8%, concentrado en marzo, donde se apreció un 1,8%. A medida que el diferencial entre los tipos a 10 años en EE.UU. y la zona euro crecía (2% ahora), el gigante americano ha atraído capital, y el dólar se ha apreciado un 3% en marzo para dejar un saldo del 4,1% en el año.

Aun así, las bolsas han reaccionado bien, probablemente interpretando que la inflación no se va a descontrolar y que los tipos no van a subir mucho más sin que los bancos centrales intervengan para evitarlo.

¿Cómo estamos invirtiendo?

Creemos que los niveles de rentabilidad actual del bono a 10 años americano son razonables y que los bancos centrales no deberían dejar que se vayan mucho más arriba. Pero si los datos macro siguen sorprendiendo al alza, no podemos descartar ver el bono en el 2%.

A principios de año esperábamos una inflación al alza y tipos más altos en EE.UU., por lo que compramos swaps de inflación, primero en EE.UU. y, luego, en Europa y desplegamos posiciones cortas de deuda americana. Ambas posiciones nos están recompensando en lo que va de año y son responsables de una parte importante de la rentabilidad acumulada. Igualmente estamos siendo activos con la duración.

Los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental y el positivo comportamiento de los activos de riesgo.Los mercados financieros han estado marcados en el primer trimestre por la subida de la rentabilidad de la deuda gubernamental y el positivo comportamiento de los activos de riesgo.

Mantenemos la prudencia en crédito, segmento en el que a finales del año pasado redujimos sustancialmente la exposición y mantenemos un elevado peso en liquidez a la espera de oportunidades. Tenemos mucho menor peso en crédito financiero que en 2020.

En renta variable mantenemos una clara diversificación sectorial entre sectores de crecimiento y cíclicos de vuelta a la normalidad, dado que es difícil predecir cómo se van a mover los tipos de interés en 2021. La exposición a crecimiento la tenemos principalmente a través de empresas que favorecen la transición energética y aquellas que se han visto beneficiadas por los cambios en los patrones de consumo antes de la pandemia y durante la misma. Por la parte cíclica, seguimos apostando por compañías de primer nivel y muy solventes, que han sufrido mucho por la pandemia y se deberían beneficiar de una futura vuelta a la normalidad. Recientemente hemos bajado el peso en estas últimas tras el fuerte rebote experimentado.